¿Adiós a los medios de comunicación?
Seguramente estás leyendo esta opinión en una pantalla y no en una página de periódico. De esos tal vez en tu vida hayas hojeado alguno. Pero los datos muestran que no solo el papel periódico, sino la propia industria informativa podría ser una especie en extinción.
De acuerdo con el recién publicado Reporte de Noticias Digitales 2023 del Instituto Reuters los formatos digitales en la comunicación llegaron para quedarse y si bien la pandemia aceleró dichos cambios, con cada una de las generaciones que explora y adopta los distintos dispositivos como teléfonos inteligentes, laptops, tabletas, dicha propensión se hace irreversible. Así nacen, nativos digitales.
Esta afirmación no es una opinión. Está fuertemente fundamentada. El estudio internacional mencionado analizó tendencias en 46 mercados diversos, que incluye al menos la mitad de la población mundial e incluye en su metodología a México.
Pero no porque el consumo y tiempo en dispositivos haya aumentado, la industria informativa debe echar campanas al vuelo, porque si bien ahí se pasan varias horas al día, no es particularmente para informarse. La ciudadanía global consume casa vez menos noticias, dice el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, lo que afecta a los medios de comunicación regionales, estatales y también nacionales e internacionales. Nos afecta a todos.
Ante dicho panorama, algunas empresas mediáticas han desarrollado estrategias para atraer más tráfico a través de las llamadas notas clickeras, otros con pagos de suscripción. En un año en el que la inflación ha golpeado directamente a las clases baja y media en sus niveles de vida, en México no es muy claro qué tan atractivo sea gastar cientos de pesos mensuales para tener acceso al contenido que genera un medio. De hecho, con promociones en Estados Unidos, los sitios web nativos también suelen reducir la membresía en el segundo año porque prefieren retener lectores a perderlos por completo.
Aunado a ello, el propio consumo digital, la democratización (y por ende la pérdida de control) de las diversas fuentes de información y algunos sucesos como la invasión a Ucrania, fenómenos climatológicos desastrosos, las muertes de la pandemia y la polarización política han acelerado al menos dos tendencias más que hoy parecen inevitables: 1.- la creciente falta de confianza en los medios y; 2.- que de manera deliberada jóvenes y adultos deciden evitar consumir noticias, en el mejor de los casos, durante varias horas del día.
Según el estudio citado, alrededor del 36% de los encuestados afirmaron no querer ver noticias con regularidad, lo que estropea los esfuerzos publicitarios de consorcios y empresas mediáticas. Si no los leen escuchan ni siguen, ¿por qué sería atractivo para una marca comercial anunciarse ahí? Tal vez las pautas ya estén en Tik Tok, Facebook e Instagram. ¿Deben estar ahí los medios y de ser así de qué forma?
Quienes nos dedicamos y consumimos contenidos, tenemos claro que no se debe a falta de creatividad en los formatos, ya que, si bien existen diversos formatos de podcasts, streamers y demás plataformas de difusión, dichos esfuerzos no se han traducido en mayor consumo de noticias, por lo que el modelo de negocios de la industria informativa está bajo presión.
En México se encontró que solo el 36% de la población confía en los medios de comunicación, mientras que en 2019 el 50% de los mexicanos lo hacían. Una baja estrepitosa que sigue la tendencia de lo que está sucediendo en todo el mundo. Pareciera que no se valora la información porque las opiniones pueden llegar a ser más importantes para tomar decisiones empresariales, laborales o familiares. Claro, mientras estas generen likes. ¿Qué peso entonces tiene la verdad?
Considero que es un panorama que debe invitarnos a la reflexión, y como ven, hoy tengo más preguntas que respuestas. ¿Qué sería de una democracia sin medios de comunicación?
¿Sería acaso suficiente contar con redes sociales para difundir información de calidad, necesaria para impulsar la participación ciudadana en jornadas electorales?
El llamado es urgente. Es momento de que comunicadores institucionales, cuerpos editoriales, audiencias, personas legisladoras, academia y la sociedad civil pongamos manos a la obra para lograr el impulso de la industria informativa y evitar su desaparición, por lo que ello representaría para la democracia mexicana.
Estoy seguro que sale más caro para México perderla, aún con las deficiencias que todos conocemos.
POR ALFREDO MEDELLÍN REYES RETANA
MAESTRO EN COMUNICACIÓN PARA LA ACCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL POR LA UNIVERSIDAD GEORGE WASHINGTON
*Este artículo fue publicado originalmente en El Heraldo de México